Al expresar mis sentimientos nunca quise con ello menospreciar a Silvia, porque ella es única, diferente, especial. Hace cuatro años ya dejó huella en mi y cuando se fue y pensé que nunca volvería a verla verdaderamente lo pasé mal. Sí, muchas otras han pasado por mi espacio, pero ninguna como ella.

Y es que no puedo apartar mi mirada de ella cuando la veo con otros seres “humanos”, cuando la veo reírse con ellos, “pelearse”, abrazarlos,... Y sé que no son mis ojos los únicos que se centran en ella en esos momentos, la diferencia es que mientras otras miradas son de envidia por no ser como ella, de deseo de poder ser quien comparta esas risas o abrazos,..., mi mirada es de tristeza, de sueños rotos pues sé que nunca podré abrazarla, ni acariciarla,... Mi corazón es de madera y mis brazos no terminan en unos finos dedos que pueda entrelazar con los de ella, sé que nunca podríamos estar juntos.
Es por ello que no dejé ni dejaré nunca de quererla, solo que me resigné a que ella no es para mi. No puedo evitar que mis ojos terminen en ella muchas veces, que mis astillas se ericen cuando me roza, sentir nervios pensando si hoy la veré o no,... Porque el espacio que ella tiene dentro de mi nadie lo conquistará nunca. Por ello, solo queda disculparme por mis anteriores palabras de la actualización previa a ésta. Que si bien sí fueron hacia alguien con quien quizá sí que pueda pasar mis años sé que nunca llegará a ser como Silvia ni yo la querré tanto.
Espero que sepas perdonarme. Fuiste, eres y serás la única que ocupará plenamente mi corazón de madera y eso nunca cambiará. Por favor, discúlpame, eres un sueño inalcanzable para mi pero nunca dejaré de soñarte.
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miarodriguezsoto@yahoo.es